Tras un primer
anticipo en 1973, la Denominación de
Origen Vinos de Madrid, comenzó a gestarse
en 1982 aunque no fue efectiva hasta finales
de 1990. Apropiadas condiciones naturales para
el cultivo de la vid y una muy antigua tradición
vitivinícola se unen en esta Denominación
de Origen.
Su viñedo se distribuye
en tres subzonas: Arganda, la más grande
de las tres que forman la Denominación
de Origen Vinos de Madrid situada al sudeste;
Navalcarnero, una zona muy llana, cortada
de norte a sur por el río Guadarrama
y San Martín de Valdeiglesias, la más
pequeña de las tres, aunque la segunda
en cuanto a producción de vino y ubicada
en el extremo suroeste de la Comunidad.
El relieve y los suelos varían en las
tres subzonas. En la de Arganda, la topografía
es ondulada, siendo sus suelos margas y calizas
blandas. En Navalcarnero, de suave relieve,
los terrenos son pardos con escasa caliza.
La subzona de San Martín de Valdeiglesias
presenta suelos muy arenosos y pobres en caliza.
El clima es en su conjunto
continental seco, con apenas 400 mm de lluvia
anual y temperaturas muy extremas.
En las tres subzonas se elaboran
vinos tintos, rosados y blancos. Los tintos
de San Martín de Valdeiglesias son
vinos robustos, ricos en cuerpo y color, muy
afrutados y sabrosos, baja acidez, cálidos
y enérgicos. De la producción
vinícola de esta Navalcarnero siempre
ha destacado el vino rosado, aunque, desde
hace unos años, el tinto ha experimentado
un gran avance. En la subzona de Arganda se
producen tintos de moderada graduación,
que sometidos a crianza en roble adquieren
complejidad y elegancia.
Los blancos más típicos
son los de Arganda, pálidos, suaves
y de paladar afrutado. En San Martín
de Valdeiglesias los blancos brisados (fermentados
con la casca) de Albillo, tienen una arraigada
tradición.
Los vinos espumosos se introdujeron
en esta Denominación en 1996.