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Navarra - Camino de Santiago en Navarra
Navarra fue, durante la Edad Media, paso obligado para los miles de peregrinos que, procedentes de Europa, se dirigían a Galicia a honrar la tumba del Apóstol Santiago.
Este fluir constante de hombres de todo tipo de condición social y origen geográfico a lo largo de los siglos supuso un enriquecimiento cultural y artístico, además de económico, para los pueblos navarros. Iglesias, ermitas, monasterios y hospitales, muchos de los cuales perduran en la actualidad, se fueron construyendo a lo largo del camino y en muchas de estas edificaciones intervinieron artistas extranjeros.
Los reyes de Navarra contribuyeron de forma decisiva a la consolidación definitiva del Camino de Santiago que existe en la actualidad. Por razones de política territorial y estrategia militar, el rey Sancho Garcés III el Mayor recondujo el camino que seguía la vía romana de la Burunda y otros caminos de Vizcaya y el norte de Burgos hacia el llano de la Rioja. El y sus sucesores contribuyeron también de forma decisiva al florecimiento del arte románico y a la penetración de la influencia cluniacense a ambos lados del Camino, así como a la seguridad de los peregrinos, promoviendo la construcción de hospitales y monasterios a lo largo de toda la ruta jacobea que atraviesa Navarra.
Los caminos de peregrinación de Europa confluían en Francia en cuatro itinerarios diferentes, tres de los cuales se unían cerca de la frontera, atravesando los Pirineos por la localidad fronteriza de Luzaide-Valcarlos y Orreaga-Roncesvalles (Navarra). El cuarto entraba en la Península Ibérica por el puerto de Somport (Huesca) y penetraba en Navarra tras recorrer algunos kilómetros por tierras de Aragón. Estas dos rutas atraviesan Navarra y confluyen en Puente la Reina, localidad a partir de la cual se convierten en un único camino hasta internarse en tierras riojanas al atravesar el río Ebro.
Todas las corrientes culturales de siglos pasados han dejado su huella en los pueblos navarros y sus proximidades por los que pasa el Camino de Santiago. Se puede decir, sin temor a equivocación, que el mejor arte de Navarra se halla a ambos lados de la ruta jacobea, abarcando desde ermitas y monasterios románicos , hasta catedrales góticas, puentes, cruceros y centenares de piezas de orfebrería, pintura y esculturas de valor incalculable, conformando un tesoro artístico que el viajero va descubriendo gratamente en su recorrido.
Así, cabe mencionar la belleza de poblaciones como Roncesvalles, Sangüesa, Puente la Reina, Estella o Viana, que, pese a su desarrollo posterior, conservan el tipismo y sabor de épocas pasadas. En cuanto a monumentos, si el viajero opta por la ruta de Roncesvalles, se pueden visitar la capilla del Sancti Spiritus, de Roncesvalles, construida en el S. XII y supuesto lugar de enterramiento de los héroes de la Batalla de Roncesvalles; o la catedral de Pamplona, con uno de los claustros ojivales más bellos de Europa. Por el camino procedente de Huesca se hallan el monasterio de Leire, mausoleo de los reyes navarros; la iglesia de Santa María de Sangüesa, con un bello conjunto escultórico en su portada; o la iglesia octogonal, de origen templario, de Eunate, en el término municipal de Muruzabal.
Ya en la ruta única, en Puente la Reina son dignos de admiración el largo puente románico del que toma el nombre la localidad; el Palacio de los Reyes de Navarra, en Estella; el monasterio de Santa María la Real de Irache, en el municipio de Ayegui; o la iglesia de Santa María de Viana, declarada Monumento Nacional.
Al atractivo cultural y artístico del Camino de Santiago se añade la belleza de los parajes naturales por los que discurre: frondosos bosques de hayas, robles o encinas, prados, zonas de helechos, montes y nacimientos de ríos, constituyen un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza.
Oferta turística del Camino de Santiago a su paso por Navarra
La ruta jacobea a su paso por la Comunidad Foral ofrece al peregrino una variada red de alojamientos que abarcan desde los albergues a los hoteles de cuatro y cinco estrellas de Pamplona, pasando por toda una red de casas rurales, hostales y hoteles rurales.
Junto a un buen descanso, el peregrino encontrará también infinitas posibilidades de practicar turismo en las ciudades o en cada recodo del camino. Así, quienes penetren en Navarra por la ruta de Valcarlos se encontrarán en Orreaga-Roncesvalles con la Colegiata de Santa María, erigida en el siglo XIII con piedra caliza de Oroz-Betelu en estilo gótico francés. En Pamplona, merecen una visita la Catedral, el Museo de Navarra y el recorrido del encierro, entre tantas otras posibilidades.
Los peregrinos llegados por el puerto aragonés de Somport, podrán visitar el Castillo de Javier, antigua residencia del patrón de Navarra; reparar en la belleza del románico de Sangüesa; conocer el monasterio de Leire, que fuera sede episcopal y corte del Reino de Navarra; o seguir el vuelo de los buitres en las foces de Lumbier y Arbayún.
Las dos rutas se unen cerca de Puente la Reina, donde destaca el puente de piedra del siglo XI sobre el río Arga. A pocos kilómetros de allí se halla la ermita de Santa María de Eunate, que en origen pudo ser iglesia templaria, cementerio u hospital sanjuanista. Jalonan el resto del Camino los monasterios de Iranzu e Irache, el Castillo de Monjardín y varias localidades de gran interés artístico: Estella, fundada en el año 1090 por el rey Sancho Ramírez, precisamente para atender la creciente afluencia de peregrinos hacia Santiago; Torres del Río, villa en la que se levanta la iglesia románica del Santo Sepulcro; y la monumental ciudad de Viana. |
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